Con el nuevo año, el invierno y el frío han llegado! y para sobrevivir a las bajas temperaturas tenemos que adaptar nuestra casa. Conocer cuáles son los mejores suelos, ventanas o persianas te ayudaran a preparar tu vivienda para estas fechas, y lo que es más importante, a ahorrar energía. Probablemente, preparar tu casa para invierno te ayude a disminuir tu factura de calefacción. Te Damos unos consejos prácticos para conseguirlo.
Comprueba el aislamiento de tu casa
Los huecos de las paredes en las viviendas dejan escapar mucha de la energía que pagamos en nuestra factura de la luz. Por eso os recomendamos comprobar si contamos con fugas a través de las ventanas de nuestro hogar, y si nuestra casa cuenta con un correcto aislamiento.
Un ejemplo son los dobles acristalamientos, que no sólo evitan los ruidos del exterior sino que además retienen el calor dentro de las estancias y evitan que el mismo se pierda rápidamente.
Un bajo factor solar (relación entre la energía que entra en una sala a través del cristal y la energía solar que incide en la superficie exterior) facilita que las ventanas con orientaciones sur, sureste y suroeste permitan que las radiaciones solares entren en nuestras estancias reduciéndose el consumo energético.
Además hay que vigilar el aislamiento de las puertas, ya que ejercen de aislantes entre diferentes habitaciones de la vivienda y hacia el exterior.
Mantén la temperatura de los suelos, fachada y cubierta
Los suelos, fachadas y cubierta son una fuente de pérdida energética, tanto los suelos que se encuentran en contacto con el terreno, con el exterior o con locales sin calefacción, como garajes, almacenes o desvanes. Si tu vivienda se encuentra en uno de estos casos, vigila el aislamiento de los mismos. El mercado ofrece sistemas de todo tipo, como por ejemplo las variedades llamadas suelo seco que incorporan aislamiento térmico en sus placas, reducen considerablemente las pérdidas energéticas y su tiempo de secado en la puesta en obra es mínimo.
De igual forma en fachadas y cubiertas, un aislamiento adecuado colocado por el exterior o el interior, en función de las posibilidades técnicas y de la zona climática en que se encuentre el edificio, ya que puede condicionar dicha opción en base a las necesidades de calor y refrigeración, son formas de evitar que el frío se introduzca en la vivienda.
Sistemas de climatización eficientes
Un mantenimiento correcto es imprescindible para obtener el mayor rendimiento posible de nuestros equipos, hecho que redundará en ahorros de energía. Si nuestros equipos ya están cumpliendo su vida útil y nos planteamos su sustitución, en el mercado nos encontraremos con tecnologías cada vez más eficientes y debido a ello menos contaminantes para el medio ambiente: sistemas de condensación, bombas de calor, biomasa, etc.
Si además se está pensando en realizar una inversión de mayor alcance que la sustitución exclusiva del equipo generador, el suelo radiante puede ser una opción a tener en cuenta.
En numerosas ocasiones, hemos escuchado lo siguiente: «en invierno pies calientes y cabeza fría». Por eso la calefacción por suelo radiante como signo de confort, aporta que la temperatura del aire a la altura de los pies es ligeramente superior a la temperatura del aire a la altura de la cabeza. La explicación de cómo funciona, es muy sencilla. Consiste en una red de tubos, que se instalan debajo del pavimento por donde circula agua caliente a una temperatura de unos 40-45ºC.
Adecuar el horario del uso con la regulación de los equipos
De poco sirve exigir a los equipos el máximo rendimiento en momentos en los que estamos ventilando nuestra vivienda, o estamos durmiendo, o simplemente estamos fuera de ella. Conciliar nuestra estancia en la misma y la actividad que desarrollamos, con las mayores exigencias de los equipos climatizadores nos ayudara consiguiendo una mayor eficacia y el correspondiente ahorro.
Un termostato programable regulará la temperatura impidiendo que sobrepase los límites que fijemos según el horario y uso mencionados anteriormente.
Ventilación controlada y adecuada
Una ventilación excesiva incide negativamente en los consumos de la energía. Incluso la hora de realizar la misma ya que, si nos es posible, la apertura necesaria para alcanzar la salubridad relacionada con renovar el aire de la vivienda interesa realizarla en las horas centrales del día, que es cuando la temperatura exterior suele ser más elevada, nieblas y lluvias aparte.
En lugares donde no hay calefacción, coloca aislamiento en las tuberías
Las tuberías que se congelan más frecuentemente son las que están expuestas al frío intenso, como las de las piscinas, las de los patios, jardines, o sótanos. Pero también en algunas zonas las tuberías interiores que estén expuestas pueden llegar a congelarse. Por eso, antes de que pase, tenemos que hacer algo por nuestra parte para prevenir que ocurra. Por ejemplo, puedes proteger las tuberías con aislamiento de espesor adecuado para cada situación. Así, evitaremos que se congelen y estallen.
Aprovecha tu terraza también en invierno
Una terraza es un elemento de la vivienda muy codiciado, por eso es importante sacarle partido todo el año. Las terrazas ya no son solo para el verano.
En la temporada invernal la posibilidad de cerrar la misma mediante elementos practicables permite un uso continuo de un espacio amplio y beneficioso en la mayoría de los casos, que además puede ser relativamente fácil atemperar térmicamente.
El cierre de estos elementos beneficia a los espacios colindantes que ya no van a estar en contacto con el exterior en los meses más fríos, con la consiguiente reducción de pérdidas interiores de calor que facilitarán alcanzar el nivel de confort requerido con menor consumo de energía.
Nos vemos la próxima semana, un abrazo
Montse Alonso
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